Aunque a veces pareciera que algunos equipos de marketing confiaran en el hashtag como algo mágico, que les asegura llegar a ser trending topic, y que con eso el público objetivo de la comunicación va a acceder al mensaje que se quería transmitir, la realidad es que se parece mucho a ciertos esfuerzos publicitarios en televisión abierta, cuando las audiencias eran algo imposible de analizar en detalle y en tiempo real.
Estoy convencido que el verdadero poder está en la comunidad. Si generamos un tema y varios integrantes de esa comunidad deciden participar de ese intercambio tendremos una comunicación efectiva.
Para esto lo primero es formar parte de la comunidad y participar de la conversación, de manera que cuando se necesite comunicar algo, seamos miembros activos de esa comunidad.
Para difundir de manera más eficiente los contenidos que queremos transmitir a nuestro público objetivo, se requiere el trabajo organizado, se requiere planificación. Necesitamos definir claramente sobre qué temas vamos a hablar, cuáles son las palabras que queremos que más se reproduzcan en los mensajes, cuál es la comunidad en la que participaremos y cuál es el lenguaje que se debe utilizar para cada comunidad.
Es necesario poner foco en escribir, comentar, responder, retuitear, y también utilizar la función de retuitear con cita, de manera de agregar contenido sobre contenidos que ya existen. Para hacer retuits, agregar comentarios, enlaces, fotos y vídeos, es clave sumar entradas cortas, utilizando un lenguaje simple, que permita llegar a la mayor cantidad de lectores posibles.
El camino debe estar en construir acciones planificadas, donde los diversos integrantes de la comunidad, en distintos momentos, participen del intercambio de manera de generar un diálogo fluido, profundo y variado, con el objetivo de amplificar el mensaje.
Una estrategia de publicación de mensajes individuales por parte de distintos integrantes de la comunidad, permitirá ampliar los círculos a los que se llega y de esa manera salir del núcleo cerrado específico un subconjunto de usuarios, lo cual permite que otros lleven el mensaje a sus propios círculos de contacto.
A modo de ejemplo, podríamos pensar en que si queremos promocionar el lanzamiento de una nueva papelera hecha con materiales reciclados, sería importante definir un conjunto de palabras claves, enlaces e imágenes (no necesariamente del producto) para que distintas personas intercambien sobre estos contenidos, a lo cual le sumaremos la información del producto cuando el diálogo esté activo. Debe ser la comunidad la que se apropie del mensaje, al entender que agrega valor.
Para esto, es importante elegir el conjunto de palabras correctas, de manera que sea un lenguaje entendible por todos y que invite a su difusión. Pero recordemos además que los tuits con imágenes o vídeos ocupan una mayor proporción de pantalla en la timeline de los usuarios, y eso facilita que sea más visible. Estos intercambios deben permitir a otras personas también participar de la discusión y reproducir el mensaje.
Lo más importante es que se trata de contenido orgánico, cuya reproducción es realmente a partir de ideas y de personas involucradas en los temas. No se trata de bots que difunden un contenido, sino el intercambio real de personas de una comunidad.
Si es realizado de manera organizada y planificada, pero no por ello con falta de autenticidad, y si lo hacemos en la comunidad correcta, tendremos verdaderas personas interesadas en nuestros contenidos, que a su vez los replicarán en otras redes (virtuales y del mundo real).
[Imagen de Pixabay]
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