Retomo palabras de Ricardo Scagliola publicadas el pasado viernes 2 de enero en la diaria, con motivo del 50 aniversario de la Revolución Cubana:
"Las calles de La Habana eran una fiesta el 1ero de enero de 1959. Hasta entonces casino, balneario y prostíbulo de Estados Unidos, Cuba protagonizaba un cambio con resonancia universal".
"El dictador Fulgencio Batista había huido en la noche... El trovador de la revolución cubana, Carlos Puebla, lo reflejaba en una de sus canciones más populares: 'Y se acabó la diversión: llegó el comandante y mandó parar!'..."
"Los intelectuales acudían de todas partes en apoyo a la gesta encabezada por Fidel Castro, el Che Guevara y Camilo Cienfuegos. La nueva orientación que Cuba dio a sectores clave - la eduación, la salud, el deporte y la vivienda - comenzaba a dar sus frutos. A finales de los años 60 ya no había analfabetos en Cuba."
"Pero luego, la censura y los medios de comunicación dominados por el gobierno se convirtieron en incensarios del poder. Periodistas y escritores tenían toda la libertad para alabar a la revolución, pero ninguna posibilidad de criticarla."
José Saramargo publicó luego del fusilamiento de tres balseros: 'Desde ahora en adelante Cuba seguirá su camino, yo me quedo... perdió mi confianza, defraudó mis ilusiones. Hasta aquí he llegado'.
Eduardo Galeano también escribió: 'La libertad - dice Rosa de Luxemburgo - sólo para los partidarios del gobierno, sólo para los miembros de un partido, por numerosos que ellos sean, no es libertad para el que piensa disferente'... Y también: 'Lo digo con dolor. Cuba me duele'.
A mi también.
[Imagen de Yoani Sánchez autora del blog Generación Y de Cuba]
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