Hasta hace unos pocos años las góndolas de los supermercados estaban pobladas casi exclusivamente por vinos de mesa, en damajuanas, de uvas moscatel, abocados, como es tradición de nuestro país.
Ahora la oferta se reparte de una manera diferente, dándole prioridad a los vinos finos nacionales (49% del total de productos ofrecidos), respecto a los clásicos vinos de mesa (26%), y vinos finos importados (25%).
Obviamente esto no tiene nada que ver con los volúmenes de compra, pero sí marca una tendencia importante en cuanto al espacio dedicado en las góndolas a los vinos de calidad superior, y refleja quizás un criterio más exigente de parte de los consumidores al momento de elegir un vino, incluso en los supermercados.
Entre los importados sigue estando el vino de precio más elevado (en el supermercado analizado: $ 2.468 para un tinto argentino en botella de 750cc), pero también encontramos algunas botellas uruguayas que superan los1.000 pesos disponibles para ser llevadas en el carrito, junto a los demás productos de la canasta familiar.
Lo más interesante de la oferta de vinos finos nacionales, es la variedad y dispersión de precios (*). Casi el 60% de los productos ofrecidos está en el entorno de 100 a 200 pesos por litro, mientras que los vinos importados están algo más arriba: de 150 a 300 pesos.
El precio promedio por litro (impuestos incluidos) es de 47 pesos en el caso de los vinos de mesa, $ 236 para los VCP nacionales, y $ 278 para los importados. Tema que da para más, y que seguramente desarrollaremos en futuras entregas, analizando la composición de ese precio final al consumo.
* Las cifras corresponden a precios de una de las cadenas de supermercados del país al 30/11/2005. Para el análisis comparativo se uniformizaron los precios como valores por litro.
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