El pasado 22 de noviembre, la Asamblea del Claustro de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (UdelaR) aprobó la propuesta de nuevo plan de estudios para la carrera de Contador Público que crea nuevas áreas de conocimiento, amplía la oferta de unidades curriculares, brinda mayor flexibilidad e incorpora perfiles con cursos específicos.
A continuación algunas de mis intervenciones en esta sesión del claustro.
Los dos cambios importantes de la propuesta de Plan de Estudios son la determinación de nuevas áreas de conocimiento y la incorporación de perfiles, porque en lo demás se parece mucho al Plan 2012. Se procura resolver el problema que en Uruguay se conoce como “la frazada corta”, porque en una carrera que tiene incumbencias legales es complejo incorporar o profundizar contenidos.
El criterio de la propuesta es ofrecer flexibilidad ordenada para que los estudiantes no elijan el camino más fácil. Por eso se optó por establecer perfiles y agregar obligatorias acordes a los mismos.
La propuesta del DMC de agregar nuevas unidades curriculares es pertinente y habrá que trabajar para incorporarlas a los perfiles, pero es más que posible. La línea del Consejo de Dirección del DCT es que si la oferta es realmente atractiva, seguramente los estudiantes tomen materias de Métodos Cuantitativos por encima de los créditos obligatorios, porque hay toda un área del ejercicio de la profesión vinculada al análisis de datos.
En otras áreas eso es incipiente y el ejercicio profesional es posible con ese perfil, pero la formación no se agota en el grado, lo que no quiere decir que el camino sea el posgrado sino que hay muchas otras formaciones posibles para completar el ejercicio profesional sin limitarse a la actualización, porque la formación es un continuo y para quien quiera trabajar con análisis de datos la carrera de Contador Público y los créditos en Métodos Cuantitativos les van a quedar muy cortos.
Todos estarían de acuerdo con poner más créditos en Métodos Cuantitativos, pero también en Economía y Administración, y eso no es viable en cuatro años para la complejidad del ejercicio profesional actual. Los perfiles tienen una oferta de opcionales en cada área y adecuada a cada uno de ellos, pero tampoco son especializaciones profundas y para agregar créditos en un lugar hay que sacarlos de otro. Por eso la propuesta no es caprichosa, sino que se hizo una revisión de las distintas áreas de conocimiento para no impactar fuertemente en la formación.
Los contenidos sobre Ética son uno de los grandes desafíos porque el desarrollo de las tecnologías ha puesto la temática en un lugar central y actualmente esas disciplinas son más valiosas que nunca. Por eso Ética figura como curso obligatorio.
Otros dos grandes desafíos que presenta esta reformulación del Plan de Estudios se vinculan con las unidades curriculares y la diversidad de la oferta. La articulación con los diferentes departamentos es necesaria para generar propuestas para cada uno de los perfiles, porque en la facultad hay una cultura de que si no se hace algo hiper numeroso, no se puede hacer, lo que autolimita la oferta porque los recursos son los mismos.
En facultad a nivel de grado faltan muchos contenidos en áreas como agronegocios, el sector industrial y turismo, pero la flexibilidad del plan y la grilla permite hacer transformaciones importantes a nivel de las unidades curriculares.
En facultad se puede ofertar variedad en las opcionales y por eso en la propuesta hay menos obligatorias generales, más por perfil y flexibilidad para elegir. Eso tiene un componente adicional que viene de la mano de las demás funciones universitarias, porque crear unidades curriculares específicas implica un desarrollo en investigación mayor que en materias generales. La incorporación de materias nuevas ha sido valiosa y hay iniciativas en curso que implican refrescar los contenidos, porque el plantel docente es lo suficientemente amplio y formado como para desarrollar muchas otras temáticas a futuro.
Los mayores impactos del plan están en los semestres más avanzados porque se va desplegando por año, pero si bien hay reformulaciones que competen a más de un departamento, ya se empezó a trabajar en algunos cursos, hay docentes elaborando unidades curriculares nuevas y viendo quién se hace cargo de las mismas porque son desafíos para las unidades académicas.
En lo que respecta a la difusión del nuevo plan, hay un trabajo enorme para informar sobre los perfiles y las unidades curriculares. Es un buen momento para movilizar a los estudianes como se hizo en 2012 para que vean qué quieren hacer realmente y no hacer sólo lo más fácil o lo que se les indica.
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