Gabriel Budiño

viernes, 20 de noviembre de 2020

Todo es efímero: Fleets (historias en Twitter)

[Este artículo puede escucharse en formato podcast]

En estos días se está desplegando una nueva funcionalidad en Twitter (Fleets) que replica algo que funciona muy bien en Instagram, se extendió a otras redes sociales y es clave en TikTok: visual + breve + efímero.

Twitter nace como una alternativa organizada para enviar mensajes cortos del tipo SMS a una comunidad, pasa por una etapa de relato diario de vivencias personales, se convierte rápidamente en microblogging y se vuelve una trinchera de discusiones y Speakers' Corner virtual.

Quizás por eso los 140 caracteres iniciales quedaron cortos, se duplicó el largo de los mensajes, y se habilitaron los hilos. Pero la imagen siempre fue algo secundario en Twitter, al punto que algún intento de hacerla protagonista fracasó en el pasado.

Esta red, nacida como herramienta de coordinación de movilizaciones de masas, es también una plataforma de publicidad, así que Twitter no se quedará como una app de nicho para quienes nos gusta "opinar". Incluso ya han sido varios los casos de conflictos con los usuarios.

Las plataformas de "redes sociales" segmentan públicos, en base a sus interacciones y su objetivo es retener audiencias para poder vender tuits patrocinados, y eso explica por qué aparecen los "fleets".

La retención de audiencias parece estar centrada en la variedad de contenidos, cortos y efímeros. Requieren menor atención a cada uno de ellos individualmente, simplifican su producción y generan comportamientos adictivos. Nada nos parece relevante, per se, y vamos al siguiente.

Snapchat fue clave para este enfoque contrario al tradicional de registro histórico. Fue el culto a lo fugaz y le enseñó a los adolescentes que podían publicar y que no fuera eterno. O al menos que no lo fuera para los usuarios que acceden a las publicaciones.

Instagram basó su éxito en estas premisas, al centrarse en las imágenes, aprovechar las mejoras tecnológicas de las cámaras, el uso de los filtros, el culto al ego y la magia adictiva de los memes.

Las historias de Instagram (que se replicaron a Facebook, y que también adoptó Linkedin), tienen una característica fundamental: nacen con vencimiento. Esto hace que se suban y se consuman más (pues desaparecen rápidamente). Cada usuario necesita agregar más contenido para estar presente (ser).

Cada usuario necesita consumir mas contenido, ya que siempre hay cosas nuevas para ver, son cortos, y con un simple movimiento, las historias aparecen una tras otra.... y cada tanto: Publicidad.

Twitter se suma a esto, que también es lo que puso a TikTok en la cima y a muchos nos resultaba inexplicable. Es el reinado del meme, del contenido producido rápidamente, del chiste fácil, de la adicción. Pequeñas píldoras sin sabor, pero que se toman una tras otra.

La lucha de las plataformas de redes sociales es por nuestra atención, y en eso la imagen es reina absoluta y despiadada.

Agrego como corolario el desafío para la educación: en un mundo virtual tan veloz y efímero, ¿cómo producir contenidos que compitan por este tipo de atención tan demandada por los nuevos grandes medios de comunicación? ¿Cómo provocar reflexión y análisis profundo?


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