Ante el anuncio del profesor Rodrigo Arim que presentará renuncia a su cargo de Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (UdelaR) a mitad de su segundo mandato al frente de nuestra casa de estudios, me dirigí al Consejo Directivo de Facultad el pasado 2 de mayo con las siguientes palabras:
Desde el orden docente lamentamos profundamente el anuncio de renuncia del señor decano, que nos tomó por total sorpresa, ya que nunca en estos casi dos años de funcionamiento del Consejo habíamos tenido algún indicio de que fuera a ocurrir algo así. Lo lamentamos en primer lugar porque conocemos a Rodrigo, y estamos seguros que para él no ha sido una decisión sencilla, por su compromiso con la Universidad y porque nunca es agradable interrumpir una gestión en la mitad del camino, resignando los objetivos trazados.
En segundo lugar porque las razones esgrimidas por Rodrigo para su renuncia, cuestionan el funcionamiento del cogobierno universitario del que somos responsables todos y cada uno de nosotros.
Y también, porque su postura de "plantearlo a título informativo y no como elemento de discusión", dificulta los esfuerzos que podamos hacer para revertir su decisión, seguramente muy pensada y profunda, entender su planteo y mejorar los aspectos que fueran necesarios.
Como decía, la renuncia del decano nos resultó sorpresiva. No sólo percibíamos que el funcionamiento en el Consejo era con total normalidad y agilidad, sino que nunca tuvimos una comunicación previa de Rodrigo para conversar sobre los aspectos que ahora se señalan como causas de la renuncia. No siempre hemos compartido las propuestas de Rodrigo, y su carácter (irascible como él mismo reconocía en su mensaje al Consejo del pasado lunes) puede haber generado dificultades en el relacionamiento - principalmente durante su primer período como decano. Pero desde que hemos asumido nuestro rol de consejeros por el orden docente, jamás notamos la "disonancia" a la que hace referencia el decano, la gran mayoría de las decisiones se han tomado por unanimidad, no se ha rechazado ninguno de sus planes presentados al Consejo, ni se han demorado decisiones más allá de los tiempos que como colectivo entendemos necesarios para valorar las propuestas, pensar alternativas o complementos que fueran de utilidad para nuestra Facultad.
No compartimos con Rodrigo que los intereses particulares de los consejeros, sean los que marcan la agenda.
Si los tiempos no han sido razonables en la opinión del decano, no ha sido con la intención de impedir ningún tipo de cambio, sino por la necesaria discusión a la interna de cada orden, la dificultad de lograr consensos entre los órdenes, y quizás incluso fallas en la articulación que corresponde al decano y su equipo. Pero sentimos que estamos en una Facultad que avanza. Quizás no en los tiempos que a todos nos gustarían, pues por ejemplo han quedado pendientes varios consejos temáticos que no se concretaron.
Como bien decía el decano, quedan muchos temas por resolverse, varios de los cuales estaban en la hoja de ruta que llevó al decano a su reelección con apoyo de todos los órdenes, y el cansancio (en el que seguramente tengan mucho que ver los temas centrales de la Universidad como el presupuesto, el hospital de clínicas y la venta del predio de veterinaria) y la "sensación de malestar" no son el mejor marco para avanzar sobre ellos.
Como institución deberemos enfocar nuestros esfuerzos en encontrar nuestro rumbo, y aprovechar esta renuncia como una oportunidad para repensar también el funcionamiento del cogobierno, pero manteniendo siempre la participación, el intercambio y la búsqueda de consensos como el camino que fortalece a nuestra Universidad.
Ya tendremos tiempo para evaluar y agradecer la gestión de Rodrigo, pero hoy sentimos que era importante hacer estas puntualizaciones.
[Gabriel Budiño, Acta del Consejo de FCEA 02/05/2016]
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario