Gabriel Budiño

lunes, 23 de mayo de 2016

Reforma de la ley 9.739 de derechos de autor

Carta ciudadana en apoyo a la reforma de la ley 9.739 de derechos de autor
http://www.todosganamosderechos.org/

Somos un grupo diverso de personas que nos vinculamos con la cultura de mil maneras: estudiamos, damos clases, hacemos música, escribimos textos, los editamos y publicamos. Investigamos, curioseamos en la web, vamos a conciertos, compramos música, la bajamos de Internet y también la compartimos. Consultamos la Wikipedia, la editamos, la mejoramos. Hacemos software, traducimos, ilustramos, subtitulamos. Nos juntamos a ver películas, a veces en el aula. Hacemos películas, vemos videos para divertirnos, pero también para aprender, compartimos fotos en las redes sociales, consultamos bases de datos, comparamos fuentes de información. Descargamos, guardamos, imprimimos, fotocopiamos, remixamos y volvemos a crear.

Creemos que lo que hacemos está bien, que ayuda a distribuir entre todas y todos la riqueza intelectual que producimos socialmente. Sin embargo, muchas de estas actividades, tan básicas y cotidianas, están penadas por la ley en Uruguay, a pesar de que los tratados internacionales de derechos humanos las amparan.

Ahora se abre la oportunidad de enmendar esta flagrante contradicción y regular el acceso a la cultura con una nueva ley justa para todos, incluyendo a los autores, estudiantes, docentes, investigadores, bibliotecarios y a la ciudadanía en general. Por eso apoyamos el proyecto de reforma de la ley 9.739 de derechos de autor, que crea excepciones en beneficio de la educación, las bibliotecas, la investigación, la libertad de expresión y el acceso a la cultura. Esta modificación es necesaria y tendrá un impacto altamente positivo en la población, sin generar ningún tipo de daño a los autores ni a la industria cultural.

Porque con los cambios propuestos en el proyecto de ley que estudia el Parlamento, todos ganamos derechos:

Estudiantes y docentes: podremos utilizar la amplia variedad de materiales necesarios para la enseñanza del siglo XXI. No sólo reproducir textos, también proyectar películas y escuchar música en clase, crear y distribuir repartidos, traducir información, usar los entornos virtuales de aprendizaje y obtener libros e información en la biblioteca, entre otras posibilidades de uso didáctico del conocimiento, sin que todo ello configure un delito.

Trabajadores de bibliotecas, archivos e instituciones culturales: pasarán a ser legales nuestras actividades básicas, que hoy increíblemente son ilegales. Podremos realizar el préstamo de materiales al público, eliminándose el riesgo de cánones que harían inviable el funcionamiento de las instituciones. Se disminuirán las barreras para mejorar los servicios que brindamos, pudiendo digitalizar algunos materiales y brindar acceso informatizado dentro de nuestras sedes. Asimismo, podremos traducir materiales que todavía no están en nuestro idioma, incorporar copias de obras que no están disponibles en el mercado, y rescatar otras que hoy están en riesgo de desaparición debido a su antigüedad o uso.

Investigadores: podremos extraer y usar citas de obras de diversos formatos sin riesgos legales. El estudio de obras intelectuales a través de sus reproducciones, el acceso a archivos digitalizados, el análisis computacional y otras prácticas de investigación moderna, serán reconocidas. Los beneficios de la nueva ley para las instituciones culturales redundarán en una mejora de las condiciones en las que realizamos nuestra labor.

Autores: ganaremos en libertades, ya que prácticas creativas tan comunes como la parodia, la caricatura y el pastiche, hoy ilegales, pasarán a estar amparadas por la ley. El espacio público dejará de estar vedado a la actividad artística, reconociéndose la libertad de dibujar, fotografiar, filmar o hacer modelos en tres dimensiones de fachadas y monumentos de nuestras ciudades. El derecho a cita dejará de estar restringido a obras escritas, y pasará a incluir obras sonoras, audiovisuales, plásticas y fotográficas. Por otro lado, la legalización de algunas de las prácticas que ya realiza desde hace décadas nuestro público, no representará un descenso de nuestros ingresos ni un obstáculo para la creación. Por el contrario, creemos que un mayor acceso beneficia nuestro trabajo, aumenta la difusión y mejora las ventas de libros, discos, películas y todo tipo de obras artísticas.

Usuarios de la cultura: nuestros derechos legítimos de acceso a la cultura y acceso a la información, serán reconocidos por ley. Tendremos la seguridad de que no cometemos un delito cada vez que el navegador web reproduce una información en nuestra pantalla. Podremos guardar o imprimir una copia única y personal de la información que requerimos en diversas situaciones de la vida cotidiana. Hacer respaldos informáticos o actualizar el formato de las obras que adquirimos legalmente, no será un crimen, sino un derecho.

Todos estos nuevos derechos están debidamente definidos y acotados en el proyecto de ley. Contaremos con reglas más claras sobre lo que se puede y lo que no se puede hacer. Si es necesaria aún mayor claridad, los legisladores tienen la oportunidad de modificar la redacción de algunos artículos para mejorar su comprensión por parte de toda la ciudadanía. Pero creemos que el camino no pasa por propuestas regresivas como un canon a las bibliotecas, a las instituciones educativas, a los soportes de información o a nuestra factura de Internet. Este canon sería perjudicial, injusto e ilegítimo. Del mismo modo, la eventual imposición de una policía administrativa que vigilara nuestras prácticas culturales en el ámbito personal sería un enorme retroceso. La nueva ley no va a dañar la cultura, sino a favorecerla, por lo cual no tiene sentido la imposición de ningún canon ni de controles represivos a las personas de a pie.

Tenemos la convicción de que la Cámara de Senadores aprobó una ley garantista, justa para todos y adecuada a los tiempos que corren. Una ley apoyada por amplios sectores de la sociedad que se han manifestado a su favor. Por eso, consideramos que la Cámara de Representantes debe aprobar este proyecto que regula el acceso a la cultura y nos pone, como ciudadanos, en igualdad de derechos con nuestros pares de la región y del mundo.

#TodosGanamosDerechos     #DerechoaEstudiar     #ReformaDerechoDeAutor

[http://www.todosganamosderechos.org/]
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