Gabriel Budiño
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lunes, 7 de julio de 2014
Falta mucho por aprender
Recibí por SMS el siguiente texto
(dos veces, a falta de una):
"Sr(a)BUDIAfa -O,Motociclo por ser cliente ofrece exclusiva $15.000 + Celular Samsung Galaxy Mini S3 Pro en 15 cuotas de $2114. Llamar al 24072226"
Así, tal como se lee aquí (me veo tentado de poner "sic" por todos lados), fue que lo recibí en mi teléfono móvil, justo el día del eroadshow (evento sobre e-commerce organizado por la Cuti). Parecía como la antítesis de todo lo que se venía hablando en esas conferencias.
Yo hice compras un par de veces en Motociclo, y para aprovechar algunos descuentos me dieron la "bastante confusa" tarjeta fija BBVA - Cabal, así que seguramente tienen mis datos completos. Pero por lo visto no saben si soy señor o señora, y aún no han descubierto cómo resolver la Ñ en los mensajes. De todas maneras no recuerdo que alguien en algún momento me haya preguntado si yo quería recibir este tipo de publicidad.
Realmente es llamativo cómo lograron una redacción tan confusa.
No voy a hablar aquí en detalle de este nuevo mecanismo que al parecer mezcla la venta de productos con préstamos en efectivo, pero por lo que veo en la web de Motociclo el Samsung Mini S3 vale unos 475 dólares (algo así como 11.000 pesos), y uno termina pagando 31.710 pesos por ese aparato y los 15.000 pesos en efectivo. Se hace bastante difícil identificar la tasa del préstamo al vincularla a un bien incuido en la transacción por la misma empresa. ¿Con que reglas juega este tipo de negocios? (en la diaria ya habían escrito sobre algún caso similar, catalogado como práctica abusiva por el área de defensa al consumidor).
Me preocupa eso, pero también la forma de la comunicación (en este blog hablamos de relacionamiento con clientes): hacer SPAM sobre la base de datos de clientes, no obtener el consentimiento previo para enviar información, no utilizar los elementos básicos del mail merge, no personalizar la comunicación, no hacer un texto claro, no permitir acceder a información adicional, y no permitir responder el SMS para completar la transacción, son sólo alguno de los graves errores en este pequeño mensaje.
¿Cómo pueden seguir ocurriendo estas cosas? Si ya hemos leído todos los libros y hay expertos de sobra en nuestro país, que saben cómo hacerlo bien, ¿sigue siendo válido hacer campañas masivas y a lo loco para agarrar clientes incautos? ¿Hasta cuándo seguirán las empresas jugando al borde de los derechos del consumidor?
[Como es mi costumbre, antes de escribir esta nota intenté comunicarme sin éxito con el equipo de marketing de Motociclo que no respondieron mi consulta por el formulario de contacto]
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Y bueno... yo sigo trabajando en una empresa donde a uno de los gerentes no le importan (literalmente) los reportes de las campañas de mail. Se contenta con saber cuánta gente participa de las actividades. Lista de 2000 personas? Al taller fueron 80,todos contentos. Si 1800 son mails que no funcionan, si 300 te mandaron a spam, si nadie participó de la conversación... nada importa. Así vamos...
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