Hace unos días que llegué a Saltillo, en el estado de Coahuila de Zaragoza (México).
Muy cerca de allí Ramos Arizpe - ciudad convertida en el mayor clauster automotriz de México, pero hay que recorrer más de una hora de autopista para llegar a una ciudad grande (Monterrey en este caso).
Vine por trabajo a este lejano lugar en el desierto - donde hemos tenido días de más de 36 grados de temperatura, pero aún no puedo decir que estoy en México. La empresa está al borde de una autopista y mi hotel a 15 minutos de allí, pero también sobre la autopista. En el recorrido ni siquiera entro a la ciudad, y trabajo desde temprano hasta tarde, así que da lo mismo que esté en México, Uruguay o en China.
No tengo mucho para contar. Frente a la computadora, estoy casi tan comunicado como cuando estoy en casa.
La empresa en la que estoy trabajando tiene un comedor para los funcionarios, por lo que aprovecho para almorzar lo que se come aquí (con la consigna que lo para ellos "no pica", es picante; y de ahí para arriba): burrito de carne de res deshebrada, chuletas de puerco, tinga de pollo, frijoles, totopos, tacos, albóndigas, arroz. El resto es comida internacional cerca del hotel, así que da lo mismo.
Espero tener algún rato libre este fin de semana y contarles un poco más.
Por ahora - tal como se ve en la foto - leo la tapa del diario para recordarme que estoy en México, mientras voy al baño.
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