El proceso de enseñanza-aprendizaje debe evaluarse en cuanto a los distintos componentes (docente, contenidos, aprendizaje, aula, logro de objetivos planteados).
En ese sentido no puede restringirse el tema en la mera evaluación a los alumnos respecto al aprendizaje de los contenidos enseñados, pues ello reflejaría un desconocimiento del proceso como un todo integrado.
Concentrar la evaluación del aprendizaje de los alumnos a una única instancia de examen donde se planteen algunos de los temas brindados en el curso y ejercicios prácticos que simulen la realidad, parece no ser lo más adecuado en cuanto a una visión de proceso, interiorización del conocimiento y apropiación de aptitudes que se plantea en el Plan de Estudios.
En los últimos años la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración ha realizado importantes esfuerzos en la mejora del proceso de enseñanza-aprendizaje, incluyendo la reformulación de varios cursos en la modalidad de teórico-práctico, donde se espera dar un mayor énfasis al análisis crítico, la reflexión grupal, la interacción docentes-alumnos y la vinculación directa entre teórico y práctico.
El sistema actual de revisiones, parece concentrarse únicamente en instancias de pruebas parciales, que simplifican el examen manteniendo una estructura similar, y no reflejan una clara diferenciación en cuanto a la valoración de aprendizaje en el aula.
De a cuerdo a los objetivos del Plan de Estudios, difícilmente pueda medirse el logro de los mismos por parte de los alumnos, si se aplica la modalidad de curso libre, rindiendo una o dos pruebas de empresa, sin haber participado del curso.
Seguramente muchas de las asignaturas deberán replantearse la forma de evaluación, abriendo el espectro actual de herramientas disponibles e incluso cambiando la ponderación que actualmente en su mayoría valora excesivamente las pruebas de revisión.
Por su parte la Facultad debe repensar si la modalidad de cursos libres permite en todas las materias alcanzar los objetivos planteados.
En el caso que los exámenes sean una forma de evaluación válida, debemos analizar cual es el aporte de realizar dos pruebas en días consecutivos, así como reformular la exoneración parcial, para que deje de ser (como lo es actualmente) un mero aliciente en cuanto a la cantidad de contenidos para el examen.
¿Con cursos que pretenden ser teórico-prácticos, tiene sentido hacer dos pruebas de examen independientes? ¿Quien no alcanza mínimos de exoneración total, es correcto entender que su aprendizaje alcanza con evaluarlo en su examen teórico o en uno práctico?
No hay comentarios:
Publicar un comentario